El fiscal general de Bolivia, Juan Lanchipa, anunció que el expresidente Evo Morales ha sido citado para declarar este jueves 10 de octubre en la fiscalía departamental de Tarija, en relación con un caso de presunta “trata de menores” y “estupro”. Además de Morales, los padres de la supuesta víctima también han sido citados.
Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), enfrenta varias acusaciones, incluida la presunta violación de una menor, con quien habría tenido un hijo, y la creación de una red de jóvenes denominada “Generación Evo” para su beneficio personal.
El caso ha generado una gran controversia en Bolivia, especialmente después de que la fiscal departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez, revelara que fue destituida por intentar ejecutar una orden de captura contra Morales. Sin embargo, un juez ordenó su restitución, y ahora el proceso continúa con la citación formal al expresidente.
Morales sostiene que las acusaciones forman parte de una “persecución política” destinada a impedir su candidatura presidencial en 2025. En redes sociales, comparó esta situación con el lawfare sufrido por otros líderes de izquierda en América Latina, como Lula da Silva y Cristina Fernández.
El conflicto político interno
Este caso surge en medio de tensiones internas dentro del oficialismo, ya que Morales mantiene una disputa con el presidente Luis Arce por el control del MAS y el poder ejecutivo. Morales recientemente le dio un ultimátum a Arce, exigiendo la destitución de varios ministros, lo que fue calificado por el gobierno como un intento de “golpe de Estado”.
El Grupo de Puebla también expresó su preocupación, alegando que las acusaciones podrían formar parte de una campaña de lawfare para debilitar a Morales y evitar su participación en futuros procesos electorales.